11 septiembre 2006

LA GENERACION DE LOS 80

Confieso que esto es un robo a mano armada del blog de mi amiga Paula, pero, jo, es muy bueno, muy real debia estar aqui tambien. Gracias Pauliña.
El objeto de esta misiva es la de reivindicar a una generación,
la de todos aquellos que nacimos en los 80
la de los que estamos currando de algo
que nuestros padres ni podían soñar,
la que vemos que el piso que compraron nuestros padres
ahora vale 20 o 30 veces más,
la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.
Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil,
ni en mayo del 68,
ni corrimos delante de los grises,
no votamos la Constitución y
nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del 92.
Aunque no no nacimos en una dictadura,
siempre hemos tenido una conciencia democrática y
la serie Cuéntame nos parece que es una mierda
y que hace apología del franquismo.
Por no vivir activamente la Transición
se nos dice que no tenemos ideales y
sabemos de política más que nuestros padres
y de lo que nunca sabrán nuestros
hermanos pequeños y descendientes.
Somos la última generación
que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza,
las canicas, la comba, o la goma
y, a la vez, somos la primera que hemos jugado
a videojuegos,
hemos ido a parques de atracciones o
visto dibujos animados en color.
Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos,
pero oíamos (y seguimos oyendo)
que lo hemos tenido todo,
a pesar de que los que vinieron
después de nosotros sí lo tienen realmente
y nadie se lo dice.
Se nos ha etiquetado de generación X
y tuvimos que tragarnos bodrios como
Historias del Kronen o Reality Bites,
Melose place o Sensación de vivir
(te gustaron en su momento,
vuélvelas a ver, verás que chasco).
Lloramos con la muerte de Chanquete,
con la puta madre de Marco que no aparecía
con las putadas de la Señorita Rottenmayer;
nuestra primera canción del verano fue "Los Pajaritos" (1981).
Somos una generación que hemos visto a
Maradona hacer campaña contra la droga.
Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo,
de pata de elefante y con la costura torcida;
nuestro primer chándal era azul marino
con franjas blancas en la manga y
nuestras primeras zapatillas de marca
las tuvimos pasados los 10 años.
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre
era el día de Todos los Santos y no Halloween,
cuando todavía se podía repetir curso,
los ultimos en hacer bup y cou,
los pioneros de la E.S.O.
Somos los primeros en incorporarnos a trabajar
a través de una ETT
y los que no les cuesta un duro
echarnos del curro.
Siempre nos recuerdan acontecimientos
de antes que naciéramos,
como si hubiéramos vivido nada histórico.
Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo
contando chistes de Irene Villa,
vimos caer el muro de Berlín
y a Boris Yelsin borracho
tocarle el culo a una secretaria;
Los de nuestra generación fueron a la guerra
cosa que nuestros padres no hicieron.
Gritamos OTAN no bases fuera,
sin saber muy bien qué significaba
y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.
Aprendimos a programar el video antes que nadie,
jugamos con el Spectrum,
vimos a Perico Delgado anunciar
los primeros móviles y
creímos que Internet sería un mundo libre.
Somos la generación de Espinete, Don Pimpón
y Chema, el panadero farlopero.
Quién diría entonces que años más tarde,
con España integrada en la UE,
aquella niña morena habría de enseñarnos
sus vergüenzas (Ruth Gabriel).
Los q recordamos a Enrique del Pozo
cantando con Ana (abuelito dime tu...)
Somos la generación que fuimos al cine a ver las películas de Parchís.
Los que crecieron escuchando a Europe
y a ese grupete de imitadores que les salió,
unos tal Bon Jovi.
Los de la explosión del Challenger,
Los mundos de Yupi y las pesetas rubias.
Nos emocionamos con Superman, ET
o En busca del Arca Perdida.
Comiamos Phosquitos y
los Tigretones eran lo mejor,
aunque aquello que empezaba
(algo llamado Bollycao)
no estaba del todo mal.
Somos la generación de La Bola de Cristal
(solo no puedes, con amigos sí),
“El coche fantastico”, “Oliver y Benjí”,
“la abeja maya”,
La Orquesta Mondragón
y el Misissipi de Pepe Navarro
con su inimitable Pepelu.
La generación de la quinta del buitre, de Hugo Sánchez,
de Biriukov, Del Corral, Corbalán, Romay
y que nos traumatizamos
con las muertes de Fernando Martín y Petrovic
(¿quién coño juega hoy en el Madrid de baloncesto?).
El 600 era el utilitario normal,
el 124 un coche familiar
y el 131 una berlina de lujo.
El 23F nos pareció un buen día
porque no hubo clase
y ponían películas por la tele.
Nuestro grito de guerra fue"Tigres, Leones,
todos quieren ser los campeones" ,
"como estan ustedes"
y descubrimos a las mujeres
gracias a tirantes de una tal
Miriam Diaz Aroca.
La generacion que se cansó de la de ver las mamachichos.
La generación a la que le entra
la risa floja cada vez que
tratan de vendernos que España
es favorita para un mundial.
La última generacion que veia a su padre
poner la baca del coche
hasta el culo de maletas para ir de vacaciones.
La generación de las litronas y los porros,
y qué coño,
la última generación cuerda que ha habido.
La verdad es que no sé cómo hemos podido
sobrevivir a nuestra infancia!!!!
Mirando atrás es difícil creer
que estemos vivos en la España de antes:
Nosotros viajábamos en coches sin cinturones
de seguridad traseros,
sin sillitas especiales y sin air-bag.
Hacíamos viajes de 10-12h
con cinco personas en un 600
o en un Renault 4
y no sufríamos el síndrome de la clase turista.
No tuvimos puertas con protecciones,
armarios o frascos de medicinas
con tapa a prueba de niños.
Andábamos en bicicleta sin casco,
ni protectores para rodillas ni codos.
Los columpios eran de metal
y con esquinas en pico, y
jugábamos a ver quien era el mas bestia.
Pasábamos horas construyendo nuestros vehículos
con trozos de rodamientos
para bajar por las cuestas y
sólo entonces descubríamos
que nos habíamos olvidado de los frenos.
Después de chocar con algún árbol,
aprendimos a resolver el problema.
Jugábamos a "churro va" y al pañuelo
y nadie sufrió hernias
ni dislocaciones vertebrales.
Salíamos de casa por la mañana,
jugábamos todo el día,
y solo volvíamos cuando
se encendían las luces de la calle.
Nadie podía localizarnos.
Eso sí, nos buscábamos maderas
en los contenedores o donde fuera y
hacíamos una caseta para pasar alli el rato.
No había móviles.
Nos rompíamos los huesos y los dientes
y no había ninguna ley
para castigar a los culpables.
Nos abríamos la cabeza
jugando a guerra de piedras
y no pasaba nada,
eran cosas de niños
y se curaban con mercromina (roja)
y unos puntos
y al día siguiente todos contentos.
La mitad de los compañeros de clase
tenía la barbilla rota
o algún diente mellado,
o alguna pedrada en la cabeza...
Tuvimos peleas y nos partíamos la cara
unos a otros y aprendimos a superarlo.
Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos,
todo metido en una mochila que,
rara vez, tenía refuerzo para los hombros
y, mucho menos, ruedas!!!
Comíamos dulces y bebíamos refrescos,
pero no éramos obesos.
Si acaso alguno era gordo y punto.
Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando.
Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada.
Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole.
Cosa que nuestras madres arreglaban
lavándonos la cabeza con vinagre caliente.
No tuvimos Playstations, Nintendo 64,
vídeo juegos,99 canales de televisión,
sonido surround, móviles,
ordenadores e Internet,
pero nos lo pasábamos de lo lindo
tirándonos globos llenos de agua y
arrastrandonos por los suelos
destrozando la ropa.
Nosotros si tuvimos amigos.
Quedábamos con ellos y salíamos.
O ni siquiera quedábamos,
salíamos a la calle y
allí nos encontrábamos
y jugábamos a las chapas, a la peonza,
a las canicas, al rescate...,
en fin tecnología punta...
Íbamos en bici o andando hasta su casa
y llamábamos a la puerta.
¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres,
¡nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel!
Sin ningún responsable!
¿Cómo lo conseguimos?
Hicimos juegos con palos,
botellas y balones de fútbol improvisados,
y comimos pipas y,
aunque nos dijeron que pasaría,
nunca nos crecieron en la tripa
ni tuvieron que operarnos para sacarlas.
Bebíamos agua directamente
del grifo de las fuentes de los parques,
agua sin embotellar,
donde chupaban los perros!!!
En los juegos de la escuela,
no todos participaban en los equipos.
Los que no lo hacían,
tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.
Algunos estudiantes
no eran tan inteligentes como otros
y repitieron curso.
¡Que horror, no inventaban exámenes extra!
Y ligábamos con las chicas
persiguiéndolas para tocarlas el culo
y jugando a beso, verdad y atrevimiento,
no en un chat diciendo :) :D :P
Éramos responsables de nuestras acciones
y arreábamos con las consecuencias.
No había nadie para resolver eso.
La idea de un padre protegiéndonos,
si trasgredíamos alguna ley,
era inadmisible,
si acaso nos soltaban un guantazo
o un zapatillazo y te callabas.
Tuvimos libertad, fracaso,
éxito y responsabilidad, y
aprendimos a crecer con todo ello.
Tú eres uno de ellos?? ¡Enhorabuena!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía yo estas facetas bloggeras tuyas jejjeje. PHONSO

Anónimo dijo...

Me parece muy bien que te cojas lo que te guste. Solo faltaba.
Además no es de mi cosecha, yo lo encontré por ahí y me pasó como a tí. MOLA eh?
Pero eso es porque realmente nos pasa que nos trae muchos recuerdos. En fin, que sigamos haciéndonos viejos. Biquiños

QUELA dijo...

Parece mentira Phonsito! Dnd sino iba yo a poder expresarme libremente??

Me alegra tu visita. Y dale duro a ese examen que te queda. TÚ PUEDES.

QUELA dijo...

Y siempre cerca de ti, pauliña. Para que sigas aconsejandome bien y yo pasando de ellos. (je,je)
Bicos guapa