28 marzo 2007

HOLOGRAMAS

Resulta que los demás no sólo nos piensan,
también nos sueñan.
Sin pedir permiso, sin pagar derechos,
sin que nuestras indignadas protestas–«¡Pero YO no soy así!»– sirvan de nada.
Habrá que acostumbrarse, entonces, a convivir con nuestros hologramas y a que hagan con ellos lo que les plazca.
Mientras seguimos intentando ser,
calladamente,
con tenacidad,
nosotros mismos.
BERNA WANG

2 comentarios:

Seoman dijo...

Y finalmente lo conseguimos, aunque cueste

Seoman dijo...

Quisiera saber mas de ti, pasate....