también nos sueñan.
Sin pedir permiso, sin pagar derechos,
sin que nuestras indignadas protestas–«¡Pero YO no soy así!»– sirvan de nada.
Habrá que acostumbrarse, entonces, a convivir con nuestros hologramas y a que hagan con ellos lo que les plazca.
Mientras seguimos intentando ser,
calladamente,
con tenacidad,
nosotros mismos.
BERNA WANG
2 comentarios:
Y finalmente lo conseguimos, aunque cueste
Quisiera saber mas de ti, pasate....
Publicar un comentario