12 junio 2011

Hay momentos en la vida en los que uno necesita estar solo. Aprender a disfrutar de sí mismo, superar situaciones, evitar que otros padezcan lo que no les corresponde, retomar fuerzas, encontrar un camino . . .

Entonces llega el momento de volver al mundo y descubre que no está todo como lo dejo, obviamente!, en ese tiempo han pasado cosas de las que no ha sido participe y que han conseguido que lo único de lo que se sentía seguro se haya convertido en otra culpa a superar, y que, ese momento de regreso se torne más complicado por no encontrar un sitio en ese nuevo mundo.

Y por esto, a veces, uno no puede evitar preguntarse si es sólo suya la culpa o lo es también de los que han permitido que esto ocurriese ¿?

1 comentario:

Tegala dijo...

A veces las culpas son compartidas. Es normal necesitar alejarse a veces, pero no se puede perder el hilo de contacto durante demasiado tiempo porque la rueda sigue girando y la gente se acostumbra a no contar contigo. Por otro lado, los amigos de verdad, te vuelven a abrir las puertas, a veces con un ligero tirón de orejas merecido... y todo sigue como antes...o casi.

Un saludo.